sábado, mayo 3

La historia de un acolchado blanco

Fue una vez, hace unos cuanto años. Distintas circunstancias de la vida nos habían llevado a pasar parte del crudo invierno londinense.
Sucede que uno de esos días fui con Johi a comprar un acolchado. El depto era mínimo y tenia una calefacción, pero la verdad es que nos cagabamos de frio.
En el subte, vimos a una chica que se habia comprado uno. Si, venia en el subte con una enorme bolsa y un enorme acolchado. Si no recuerdo mal hasta lo toqueteamos un poco, para el control de calidad anterior a toda gran compra. Estaba buenísimo, bah, no me acuerdo, pero calculo que si por que fuimos a exactamente al mismo negocio.
Combinación de subte, lluvia, frío, todo mal, lejos, lejos. Pero llegamos.
El acolchado era blanco, enorme, y rellenito. Pagamos los 13 pounds correspondientes, verdaderamente una ganga, y volvimos. Otra vez, combinación de subte, lluvia, frío, todo mal, lejos, lejos. Pero volvimos.
Obvio que a partir de ahí dormimos mucho mejor.
No tengo la menor idea a que viene la anécdota. Pero lo que si quiero contar es que en aproximadamente 20 dias me estoy yendo a Israel. Si todo sale bien, Turquia, Grecia, Egipto y Jordania serán también parte del recorrido.
Voy con un grupo de 40 chicos y chicas. De los cuales rescato 8 de pura afinidad.
Probablemente me arme un blog especialmente para eso. Pero no se. O sea, hace como una hora que me quiero levantar para comer dulce de leche que tengo en la heladera y no lo hago. Imagínense si de verdad me voy a poner a armar un blog. Pero bueno, i´ll try.

AH. Obvio que Johi se dejó 10 kgs de ropa por exceso de equipaje, pero se trajo el acolchado. El coso ese enorme blanco y rellenito abriga una cama de una casa de Belgrano. Y ni siquiera es la de ella. Cuestion es que esta en Buenos Aires y se lo trajo adentro de una bolsa de consorcio. Si. Una bolsa enorme negra, tipo villa, hizo el vuelo Londres-Madrid-Buenos Aires con un acolchado blanco adentro.